Andar el camino de Jesús

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Si realmente tenemos deseos de conocer y andar el camino de Jesús es importante practicar y entender sus enseñanzas. Nunca debemos desalentar, ni desanimar a nuestros hermanos, si nos equivocamos debemos volver a levantarnos y seguir el camino, siempre con entusiasmos y voluntad firme. No debemos desanimarnos ante lo difícil y escabroso que pueda ser el camino, debemos poner nuestras esperanzas y confianza en Dios quien es bueno y fiel, esperar siempre su fuerza, gracia y luz.

El camino de Jesús a medida que hay fidelidad se hace luz para quienes lo buscan, se transforma en fortaleza para quienes son débiles, el camino de Jesús enseña a ser caminantes.

¿Qué hace un caminante? Decide emprender el camino, disfruta cada paso y al llegar la noche, descansa y al día siguiente reanuda su viaje, cada vez que avanza sabe que se aproxima a su objetivo. Quien no conoce el camino ¿cómo entra? Va perdiendo el tiempo, se va para un lado y para otro, va a cualquier lugar sin llegar a ninguna parte, se siente perdido. 

“Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Juan 14, 6 

Andar el camino de Jesús es hacerlo con paso firme, constante y enérgico, es el camino que direcciona nuestra trayectoria, nos inspira a luchar y nos motiva a existir. Nadie dijo que el camino que nos propone Jesús fuera sencillo, quien se decide a seguirlo se encontrará con desafíos que nos pondrán al límite, surgirán dudas y obstáculos, en muchas ocasiones se nos quebrará el corazón y necesitaremos unir las piezas y fragmentos, pero todo eso vale la pena porque será conocimiento y reflexión, el camino de Jesús es enteramente valioso, sin desperdicio alguno, nada mejor para nuestra existencia que conocerlo y transitarlo.

Sin duda será una lucha interior donde se avanzará y retrocederá, pero siempre con ganancia edificadora, el camino del amor es único, nada se le compara, nos conduce a la paz, a la verdad y conocer la verdad duele profundamente, preparémonos porque la verdad duele. Dios es el punto de partida y de llegada para todo caminante, viajantes somos también. Aunque el camino es el mismo la forma de hacerlo cambia para cada persona, ahí radica la grandeza de seguir a Jesús, es una experiencia única y reveladora, jamás parecida a ninguna otra, son historias de vida con señales bien claras, pero la forma de transitarlas y llevarlas a cabo siempre será personal. Se necesita desear el camino, anhelarlo, vivirlo y enfrentarlo, de lo contrario, dejará de inspirarnos.

El camino verdadero es dejar todo nuestro ser a las enseñanzas de Jesús, poner toda nuestra pasión en el paso a paso y confiar creerle a Él, abandonarse en Él y entonces sabremos que estaremos caminando con Él. ¿Estamos dispuestos a caminar con sus enseñanzas y radicalidad? ¿Sientes que ha llegado el momento de cambiar tu forma de vivir? ¿Seguimos teniendo miedo a decidirnos? A veces no sabemos en dónde está el camino, no lo conocemos ¿cómo lo descubriremos? Para comenzar se requiere dar el primer paso, anímate y descubre el camino más fascinante decídete a AMAR.

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