Ejercicio de sensibilidad

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tiempo

Desde el momento en el que despertamos pasamos por alto muchos detalles, así que te sugiero realizar este ejercicio de sensibilidad respondiendo a lo siguiente:

¿Qué sensaciones y emociones hay en ti cuándo?

Tomas el baño de la mañana.
Saboreas el café.
Lees las noticias y por supuesto este BLOG de PPC.
¿Qué sientes cuando inicias tu jornada diaria?
¿Eres de las personas que enfrentan los problemas con emoción?
¿Valoras y te apasiona el trabajo en el que te encuentras?
¿Cómo te sientes cuando envías un mensaje a tus seres queridos en el transcurso de la mañana?
¿Crees importante agradecer a Dios por los alimentos?
¿Cómo regresas a casa con satisfacción o con cansancio?
¿Compartes un tiempo con los tuyos, escuchándoles, viéndoles, sintiéndoles?
¿Vas a la cama con sueños y esperanzas?

Tal vez sensibilizar de esa forma nuestra vida traería más beneficios y muchas más alegrías, sin embargo, a lo largo del día y de la noche estamos preocupados, enfadados y hasta desilusionados por lo que no tenemos ni hemos alcanzado.

TIEMPO QUE DERROCHAMOS ES EL TIEMPO QUE AÑORAMOS

Cuando somos niños, nos falta edad para crecer.
Cuando llegamos a mayores, nos falta tiempo para alcanzar nuestras metas.
Si logramos alcanzamos nuestras metas, nos falta salud.
Al faltar la salud, añoramos el tiempo que derrochamos cuando fuimos niños.

Qué extraña manera de pensar y de vivir, buscamos lo que no tenemos y cuando lo tenemos valoramos lo que se ha ido y jamás regresará.
Jamás perdemos tiempo en nuestras vidas, perdemos vida al perder el tiempo.

A partir de ahora, jamás desperdiciaré un ápice de segundo de mi tiempo, viviré con la sensatez de que este instante nunca más volverá.
Reiré y lloraré sabiendo que esta oportunidad que tengo de hacerlo es para enseñarme y aprender.
Ya no derrocharé pensamientos para mañana, dejarlo para después, puede ser el más grande de los errores.

Me arriesgaré a hacer todo lo que no he intentado, hoy mi voluntad me recuerda que el día de mañana está muy lejos, que tengo mi presente y eso es lo más valioso con lo que cuento.

Vivir sin prisa, vivir bien, aceptando lo que tengo, porque TIEMPO QUE DERROCHAMOS ES EL TIEMPO QUE AÑORAMOS.

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