El matrimonio de Julieta y Jorge realizan un Ministerio muy particular en Huixcolotla en el estado de Veracruz, ellos apoyan al Pbro. Mario en diferentes comunidades y lo hacen desde la enseñanza de Jesús, comparten los alimentos con la comunidad, enseñan el Evangelio con testimonio y ayudan a perseverar en la fe dando a conocer el Kerigma. El compromiso es grande y lo toman con la seriedad de quienes predican en la coherencia de dar a conocer el amor de Dios en nuestros tiempos, con acciones concretas y con la ayuda de un equipo de hermanos también comprometidos suman esfuerzos para llegar a esta comunidad que les quiere y valora.
Jorge y Julieta me invitaron a participar en estos encuentros que frecuentemente se llevan a cabo en este pintoresco lugar, donde se percibe la necesidad de conocer la palabra de Dios. Lo que aprendí después de compartir en Huixcolotla, Veracruz fue que la real Evangelización se lleva a la comunidad en la parroquia y en la mesa, fue como vivir lo escrito en Hechos de los Apóstoles, las primeras comunidades cristianas quienes se ayudaban, compartían, comían y reflexionaban acerca de la palabra del maestro Jesús. Tenían un solo corazón y una sola alma, nos aseguran los Hechos de los Apóstoles. Hasta los paganos exclamaban: Mírenlos cómo se aman. Es el elogió mayor que se puede hacer de una comunidad cristiana.
“El que ama a Dios, ame también a su hermano”. Juan 4,21
Experimenté una forma real y única, fue la fuerza e inspiración del Santo Espíritu, era la palabra que se hacía vida con y entre nosotros. El mensaje era claro, ayudar a nuestro prójimo, comer con los hermanos, dar esperanza y compartir física y espiritualmente, compañía y cercanía.
Un fin de semana revelador, es lo que nuestros tiempos necesitan, hermanas y hermanos comprometidos haciendo comunidad, trabajando con los lineamientos del sacerdote y disfrutando de cada momento en alabanza, adoración, reflexión y también al compartir los alimentos, Dios en todo momento de nuestras vidas. La fuerza de tal amor es el resultado de una relación viva y de confianza con el Señor Jesús, cuando vivimos en el gozo y la comunión de Cristo resucitado, el egoísmo deja paso al amor.
Deseo de todo corazón que esta reflexión sea de inspiración para muchos matrimonios, para que se animen a compartir, ayudar y dedicar tiempo a los más necesitados y olvidados. Indudablemente hay muchas formas de Evangelizar, pero lo que viví en este hermoso lugar donde la naturaleza nos recuerda la creación de Nuestro Padre Eterno, fue de las mejores revelaciones de coherencia, amor, respeto y cercanía, conocí a seguidores de Jesús de nuestros tiempos. Al final de la jornada y ya entrada la noche, nos deleitamos con algunas poesías, el arte de la palabra, un momento de esparcimiento edificante.
Ahí toma forma la Doctrina Social de la Iglesia, en ese lugar tan remoto de mi ciudad se vive con esencia el bien común, se respira armonía y ganas de crecer en la fe sin descuidar la ayuda material tan necesaria que solicitan nuestros hermanos. Gracias por la invitación, por permitirme aportar y convivir con ustedes, mis sinceras oraciones para que este grupo de hermanos sigan perseverando y llevando la misión de compartir el Evangelio en acciones y palabras, haciendo visible el amor de Dios.