El dinamismo de la vida espiritual

Categorías:

La característica fundamental de la vida espiritual es el constante movimiento, es decir, su dinamismo, apertura y fluidez. Una vida espiritual que no experimenta cambios a lo largo del tiempo, es, simplemente, un falsa vida espiritual. Pero esto no significa que Dios sea cambiante, sino todo lo contrario, Dios es el inmutable porque su amor no es oscilante como el amor humano. Esta es, precisamente, la característica fundamental de la vida espiritual del creyente, que aunque ésta última cambia, Dios es el fundamento de dicha vida pero que no es agotable. De esta manera, la vida espiritual requiere de un constante conocimiento del misterio de Dios, y en ese sentido, los nuevos conocimientos y descubrimientos en torno a dicho misterio, provocan que la vida espiritual sea dinámica.

Con lo anterior como antecedente, Francesc Torralba nos lleva conduce a percatarnos de un error que se suele cometer en torno a la concepción de la vida espiritual: la creencia de que se trata de una adhesión a una simple doctrina. Asimismo, se puede afirmar que este es otro error que se comete en torno al cristianismo: que se trata de una cosmovisión, doctrina o propuesta filosófica dentro del abanico de filosofías humanas. Pero la espiritualidad es aquella que mueva a la persona, aquella que nos pone en camino y nos dice: “Levántate, toma tu camilla y anda” (Mc 2, 11).

Si bien la espiritualidad toca la parte emocional del individuo, así como la inteligencia, esto no significa que cualquier movimiento emocional nos lleva a una espiritualidad sana. Las emociones llevan al ser humano a moverlo por caminos sorprendentes; sin embargo, puede ser movido por emociones como los celos, la ira o la envidia; emociones que, sin duda, lo llevarán a situaciones de destrucción. Por eso la auténtica espiritualidad es aquella que recoge y se mueve por emociones fraternas, específicamente por el amor, el motor más excelso que revelará de forma sincera a dónde se dirige el ser humano, y sobre todo, qué renuncias y sacrificios está dispuesto a realizar.

Por ello, la característica principal de la fe es el movimiento desde las emociones fraternas, desde el amor más genuino a Dios, a sí mismo y al prójimo. Todo esto amor que ha de surgir del fundamento de la espiritualidad que es Dios mismo que permanece pese a los cambios, de ese misterio que nos enamora y que nos invita a conocerlo. Así pues, se puede afirmar con toda libertad, que el hombre espiritual es aquel que, pese a las dificultades de la vida, su petición principal dentro de su vida espiritual es el conocimiento de Dios; conocerle más para más amarle.

Quiero comentar

Por favor, procura que tus comentarios estén relacionados con este contenido. Recuerde que tu comentario será revisado antes de publicarse. Los comentarios fuera de tema, los promocionales, o aquellos que resulten ofensivos para los usuarios de la web serán eliminados.