Nos estamos preparando para la pasión de Cristo y su resurrección, me disponía a entrar en tema cuando la noticia llegó a todos los medios de comunicación, con profunda tristeza un acontecimiento se viraliza.
La Catedral de Notre Dame es devastada por las llamas, un lugar de fe y de gran importancia para la Iglesia Católica.
Ahí estaban algunas reliquias de gran relevancia, así como obras de arte consideradas patrimonio de la humanidad.
Un monumento de gran relevancia para Francia, los ojos del mundo quedaron impotentes al ver cómo las llamas consumían el interior de la Catedral.
La Pasión de Cristo nos recuerda el dolor más profundo de Jesús, así como el difícil entendimiento de la Voluntad del Padre y por supuesto la victoria sobre la muerte y el pecado.
Serán días muy intensos, emocionalmente agotadores y el siguiente domingo con alegría y gozo nos diremos ¡Felices Pascuas de Resurrección!
De momento. daremos pasos lentos hacia la Pasión del Señor, escucharemos las palabras: amigos, servidor, ámense, crucifixión, resurrección, vida.
Palabras que dicen mucho más que su significado, en labios de Jesucristo hacen eco en nuestro espíritu y se transforman en fermento para nuestras vidas.
Tiempo de reflexión, silencio y júbilo, cuánto hay por vivir, cada Semana Santa es una oportunidad para renovarnos en el espíritu y en nuestra relación con Dios.