![papa francisco](https://cdn-mx.ppc-editorial.com/cdn/farfuture/0G-OVu5kc8uBZhX8AlnpIJIj4On7vcIMw6ZAu696krw/mtime:1549544591/sites/default/files/styles/large/public/imagenes/articulos/papaiman.jpg?itok=WAFIO7ln)
¡Al Salamó Alaikum! Así lo dijo el Papa Francisco al Gran Imán Al-Azhar Ahmad Al-Tayyib.
Ambos líderes firmaron un documento histórico por la paz mundial, la hermandad humana y la convivencia común, donde se condena a los extremismos religiosos y a la violencia que provocan.
Se trata de odio entre hermanos, los seres humanos acabando con nosotros mismos, por supremacía, por ideología o simplemente por extremismos que provocan muerte y dolor.
Seguimos en la era de la intolerancia, se requieren hacer acciones políticas para disminuir y hacer conciencia a quienes piensan diferente, es un discurso que en pleno siglo XXI sigue impulsándose y se sigue hablando de los daños de ser radical.
Una humanidad que está carente de valores, pero también del mensaje de amor de Dios, aún se tiene que hablar de que las religiones no deben incitar a la guerra, todavía se necesita resaltar que no debe haber derramamiento de sangre en personas inocentes, que el verdadero conflicto es moral y que el deterioro provoca odio, violencia y fanatismo ciego.
Seguimos sin evolucionar, encerrados en nuestras propias opiniones, no queremos ver más allá de nuestros intereses, todavía somos esos Fariseos y Escribas a los que Jesucristo llamaba fuertemente la atención. Continuamos matando al hermano por causa de la religión, omitimos el mandato del amor: Ámense los unos a los otros como yo los he amado.
Admiro sinceramente las acciones que está realizando el Papa Francisco para construir la paz, pero no podemos ignorar que todo esto tiene un origen y es la inadvertencia, cerrazón, corazón duro de seres humanos que justifican sus acciones a causa de su fanatismo.
Se necesitan más acciones para aprender a amar y respetar a nuestro prójimo.