No queríamos despedirnos (segunda y última parte)

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Fresnillo

Era muy temprano, aún no amanecía y ya estaba abordando el avión rumbo a Fresnillo, Zacatecas.

A mi llegada tuve el privilegio de conocer a la Sra. Guadalupe, una mujer que labora en el Sanatorio San Vicente de Fresnillo y que es un alma evolucionada en el amor, tan solo estar en presencia de ella se percibía ese halo de bondad, algo difícil de expresar y solo quienes la conocen pueden dar testimonio de lo que estoy compartiendo.

Fue excepcional compartir con ella el desayuno, comida y cena, en cada momento siempre hubo alguna anécdota y aprendizaje, pero lo más importante sin duda fue la calma y luz que ella irradia, su dolor transformado en bondad e inspiración.

Llegó el momento de la conferencia-concierto y las Hermanas del Sanatorio San Vicente de Fresnillo me compartieron su inquietud, estaban nerviosas porque habían llevado a cabo una campaña de comunicación muy intensa y no sabían qué esperar pues era la primera vez que convocaban a una conferencia.

La Hermana Xóchitl Margarita me comentó que estuvo visitando las estaciones de radio y televisión para invitar a los asistentes. Les comenté que no deberían preocuparse por la asistencia, Dios es muy generoso.

El auditorio estuvo lleno en su totalidad, la respuesta de los Fresnillenses no se hizo esperar y de inmediato desaparecieron los nervios de las Hermanas de la Congregación Familia Corde Jesu. Una de las conferencias-concierto de más duración que he compartido ya que estuve cerca de tres horas.

Al finalizar el evento los asistentes y yo nos sentimos con tanta cercanía como si nos conociéramos de hace mucho tiempo, sensación que a menudo se repite en este Ministerio.

Las 16 Hermanas se desvelaron un poco al compartir la cena conmigo y es que ya era algo noche para ellas quienes acostumbran descansar cotidianamente a las 9 de la noche, ya cerca de las 11 pm, el cansancio y la alegría se mezclaban.

No queríamos despedirnos, nos costaba decirnos adiós.

Una vez más mi sincero agradecimiento al gran equipo de la Editorial PPC México por invitarme a colaborar en esta plataforma donde la base de la conferencia-concierto es la Exhortación Apostólica sobre el amor en la familia Amoris Laettitia.

Ahora me dirijo a Puerto Escondido, Oaxaca. Nos encontramos la próxima semana.

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