Resiliencia

Si lo has perdido todo y la esperanza parece más lejana o inexistente, cuando la tristeza lo ha inunda todo y la soledad invade el ambiente y pesa hasta el aire, es momento de confiar en Dios.

Todos hemos experimentado el sabor amargo del fracaso, la profunda sensación de pérdida y la angustia de no saber qué va a pasar en nuestras vidas, recuerda que la decisión de pedir ayuda es sólo tuya, no dudes en estirar tu mano hacia Dios.

Si en este momento estás llorando con tus rodillas en el suelo porque ya no puedes más, hazlo y llora tu derrota, pero no te quedes así por mucho tiempo, muy cerca de ti está Dios estirando su mano para ayudarte a levantar.

Cuando sientas que no hay solución a tus problemas, siempre tienes la opción de hacer ese silencio que le dará paz a tu alma, es el lenguaje de Dios, su silencio es el remanso y oasis que necesitas para tranquilizar los pensamientos que habitan en ti.

“Y si la vida, no fue como la esperaste. Y si el viento no sopla a tu favor, no lo niegues, no te mientas, sabes que algo falló. Levántate, no dejes que la vida se derrumbe a tus pies, levántate y ponte de pie”.  R.S

Esta es la resiliencia, volver a levantarnos de aquellas experiencias que nos recuerdan nuestra fragilidad, son las enseñanzas humanas donde vemos la finitud de nuestros alcances.

Resiliencia es ver con el corazón y cerrar los ojos a nuestro alrededor, es confiar que vendrá algo distinto, es comprender que también esto pasará. 

En nuestra vida hay tiempo para todo y cuando llega el momento de tomar aire para comenzar de nuevo, para retomar nuevas fuerzas y comprender que la vida es así, hemos comenzado a entender, eso es vivir.

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece ”. Filipenses 4:13

Eso hermanas y hermanos es la resiliencia.