Una vida llena de vida

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Las redes sociales cambiaron nuestra manera de percibir nuestras actividades, nos incitaron a mostrar, aparentar, exagerar nuestras vidas de una forma desproporcional e irreal. Casi puedo afirmar que no somos realmente lo que aparece en los perfiles, en muchos casos se trata de una simulación o sesgo de la información, una verdadera mascarada. Los seres humanos hemos llegado a "maquillar" nuestras actividades, viajes, encuentros y alimentos en el sentido estricto de vivir lo que realmente se vive, hemos dejado de mostrar la realidad. Son imágenes que exageran, conducen y buscan cierto impacto y es que nuestras vidas lo han dejado de tener. Basta con mirar cualquier perfil para revelar intenciones, actitudes, formas de pensar, posturas, ideologías y un sin fin de descripciones que ofrece muy poco de verdad y mucho de fantasía

Comencemos a difundir nuestras vidas con su verdadero sentido, aunque no sean tan atractivos para los "seguidores", mostremos nuestras vidas con la imperfección y carencias que tienen. Exageramos, magnificamos y extrapolamos para tener más alcance, perdiendo realmente lo más valioso: la esencia de nuestra existencia. Es momento de regresar a nuestros orígenes y desenmascarar nuestras acciones, comencemos a mostrar que tenemos una vida llena de vida y dejemos de aparentar una existencia repleta de mentiras, sin crear ese "halo" de falso interés.

Somos seres humanos como cualquier otro, con talentos y estamos en proceso, a veces erramos en el conocimiento, en otras ocasiones y de forma perversa dejamos ver algunos rasgos de la realidad de acuerdo a nuestros intereses. Vivimos y eso debemos celebrarlo, tenemos vida y las pequeñas cosas (las cuales a veces no son tan pequeñas) le dan sentido a cada segundo de nuestra existencia. 

"Debes inculcar en todas las almas el heroísmo de hacer las pequeñas cosas de cada día perfectamente, como si la salvación del mundo dependiera de cada una de esas acciones". Josemaría Escrivá de Balaguer. 

Por ejemplo: hoy amanecí sin dolor de espalda. Por fin pude comer mi guiso favorito sin necesidad de una pastilla. Hoy me emocioné al ver una película en mi teléfono celular. Recibí una llamada con muchas posibilidades de empleo. En fin, cada quien podría mostrar esas pequeñas cosas de la vida que le dan tanto sabor a nuestra existencia, aunque no sean comprendidas, aunque carezcan de esa "victoria" o ese "falso éxito". Al final la apariencia siempre tiene un vestuario, la honestidad no necesita cambiarse de ropa. Seamos auténticos, dejemos de aparentar y de alimentar ese impacto que nos deja un enorme vacío, el de ser quien no somos en realidad.

"Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo. Cuando les hablé y les prediqué el Evangelio, no quise convencerlos con palabras de hombre sabio; al contrario, los convencí por medio del Espíritu y del poder de Dios, a fin de que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres". Primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 2,1-5

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