Adolescentes
La adolescencia es una etapa de la vida llena de preguntas, energía, conflictos y posibilidades.
Los adolescentes piden a gritos que los volteemos a ver, que los escuchemos y acompañemos; necesitan que creamos en ellos y les ayudemos a enfrentar los conflictos que viven. Sin embargo, con tristeza debemos reconocer que, en ocasiones, las personas que los acompañan no perciben la realidad del adolescente desde su ser concreto, y eso imposibilita el poder caminar junto con ellos.
La persona que acompaña a grupos de adolescentes debe saber cómo facilitarles la experiencia de Dios a partir del conocimiento personal y del análisis de la realidad social, cultural y familiar, pues no podemos suponer que exista una profunda experiencia de Dios sin conocimiento personal y sin asumir la realidad humana llena de cambios, de incertidumbre y de libertad.
Acompañar a los adolescentes en su compromiso cristiano, implica asumir los cambios psicológicos, físicos, familiares y sociales propios de la edad, para así favorecer un crecimiento espiritual y social con profundidad y firmeza.